12 ene 2012

Un sueño.


Yo soy Marco, el gladiador de Todos los fuegos el fuego* y estoy en plena lucha con el gigante nubio. Tengo una espada en la mano y un deseo superviviente: encontrar el instante preciso de decapitarlo. Con las piernas flexionadas y con pasos cortos me desplazo hacia la derecha buscando el hueco, midiendo la distancia. El sol que hace hervir la arena y el griterío en las plateas no importan. Girando y girando, en el segundo preciso en que la red del nubio ha partido volando hacia mí, descubro el flanco abierto de su cuello empapado. Todo está a punto de hacerse descarga violenta de mi espada contra el cuello del nubio cuando un peso traba mi premeditado movimiento. Mientras la red del gigante sigue su curso miro mi mano entorpecida que no puede levantarse porque de ella cuelga, tomada por los pelos y pesada como un muerto, la cabeza del nubio que estoy por cortar.

*Cuento de Julio Cortázar.

2 comentarios:

  1. Le agradezco a mi amigo Pablo Silva Olazábal su ayuda correctora.

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  2. Te lo dije por allá, pero te lo repito por acá: muy bueno.
    ¡Saludos!

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